Alquilamos un auto para que el Vasco conociera Viña del Mar Y Valparíso. Mientras la primera es una preciosa ciudad de trazado prolijo y vida de playa, ordenada y muy moderna, la segunda es todo lo bohemia, desprolija, zigzagueante y estallada de colores, como te la puedas imaginar. Una ciudad de puerto, que para conocerla o te montás en un funicular o -como nosotros- subís con el autito rezando no matarte en cada curva y contracurva, quedando por momento a casi 90 ° de modo perpendicular al piso.
Cuando logramos estacionar nos hicimos una panzada de felicidad en forma de caminata sin tiempo dejándonos sorprender como niños en un kiosco.
Perro todo recorrido a patita tiene su recompensa. Encontramos esta sandwichería tan sencilla y tan bonita.
Para mí Valparíso es de visita obligada. Viña es muy linda, pero no tiene nada que ver con la onda de Valparaíso. Igual, como siempre digo, para gusto los colores.
Ya es octubre...en breve a practicar los villancicos! Que esté bien!
Que lindo! Me traes recuerdos de cuando fui..
ResponderEliminarQue bellas fotos, tan coloridas..
Gracias Estelita!!! Realmente que lugar bonito, no? Un besote
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