lunes, 8 de febrero de 2016

Cuando pasa el temblor...

Acá estoy...podés creer que amigada con el verano en baires? Bueno...ya sabés que detesto el calor y eso sigue siendo tan cierto como entonces...sin embargo,  a "mal tiempo buena cara" y una vez que pasó ese dolor físico horrendo que me tuvo 20 días en cama y más cerca del otro lado de la vereda...cuando pasó el temblor anímico, capaz de derrumbarme como un edificio de papel maché...ahí me tuviste "disfrutando" de un verano en la ciudad. Tampoco es que te salía a la calle a las 2 de la tarde para freírme como un huevo ( bueno en realidad iba tres veces por semana al kinesiólogo a las 3 y media de la tarde), pero le puse tooooooda la onda posible y mini viajecito a Montevideo mediante, acompañando al Vasco, que tenía que ir por trabajo...la energía se renovó y a partir de la cruzada de charco...todo fluyó y la alegría volvió a mi vida.













No necesariamente esa alegría que se ostenta a carcajadas, pero cuando me vi leyendo a destajo, mirando pelis hasta el empacho, arreglando encuentro con amigas de esas para siempre, de esas que me entendían y buscaban lugares para que yo pudiera estar super cómoda, de esas con las que nos vemos poco pero todo sigue tan vivo como entonces, o sentirme entre mis plantas, mis suculentas o las aromáticas de mi huerta casera , o revolviendo pinturas con el pincel en mano o con la mirada puesta en seguir reconvirtiendo nuestra casita en el mejor lugar del mundo para nosotros dos,  sentí esa alegría física de estar viva, feliz y agradecida.








Las cosas no cambiaron tanto desde ese final de año desolador, mi viejo la sigue peleando entre cada sesión de quimio, mis huesos siguen tan jodidos , sin embargo yo cambié, algo en mi percepción, en mi modo de sentir cambió.
Ojalita lo pueda sostener, por ahora funciona. Así que lo disfruto. 
Hice el duelo del viaje a la vieja Europa que no fue ( pero que será...más tarde o más temprano será), nos prometimos un viaje bien cortito para cuando ya la ausencia del dolor fuera la mejor presencia entre nosotros y, mientras tanto, este mes de vacaciones me lo pasé en casa estupendamente. 
En el medio de tanto lindo, hice de goma los servicios de la prepaga: dermatóloga ( mapeo de la dermis e tooooodo el cuerpo), cinco traumatólogos distintos, cambié de médica clínica (una grosa), estudios de rutina de todo tipo, oftalmólogo ( parece que voy a necesitar lentes...podés creer?)...en fin...una joda tremenda, pero lo hice con la mejor onda del mundo mundial.

Es el primer verano que paso en casa desde los 18 años. Siempre fue mi tiempo para escapar y pataperrear por ahí. Al principio y por muchos años con la mochila al hombro, con la llegada del Vasco a mi vida, la mochila le dio paso a la valija...las valijas. Así que fue todo un tiempo de hacer o no hacer pero todo con o por placer.

Si todo sale bien, en este mismo momento nos estaremos escapando al otro lado de la cordillera, para tener una semanita de desenchufe real, sin conexión con nada de lo que aquí nos preocupa u ocupa. Así que si sale bien la huida, a la  vuelta te estaré compartiendo - como siempre- nuestra experiencia.

Por lo demás GRACIAS!! Cuando dolió tanto el alma y el cuerpo que no había espacio para alegría de ningún tipo y el universo del Eros le había dado total protagonismo a Tánatos y lo compartí,  vos estuviste generosamente ahí leyendo y comentando, o sólo leyendo.

Así que ahora que estoy volviendo a mí, a mi mejor versión...gracias...GRACIAS!