lunes, 29 de junio de 2015

Una noche con Elena Roger en el Teatro Colón

Hace unas semanas apenas, tuvimos la enorme dicha y tremendo privilegio de ir con el Vasco, mi amiga y mi cuñado al Teatro Colón a escuchar un recital de Elena Roger.
Recuerdo que fue un domingo cuando echándole un vistazo al diario, veo la publicidad. Inmediatamente hablo con Adri y le pregunto si querrían venir con nosotros. El Vasco y su hermano aún no conocían el Teatro Colón y nosotras dos siempre estábamos detrás de algún concierto o evento cultural que pudiera entusiasmarlos. Así que esta era nuestra gran oportunidad!

                                             Los cuatro adoramos a Elena Roger.

                                       Nos tuneados un poco para la gran noche.

Como sacamos entradas para la platea debíamos ingresar por la entrada principal del teatro, sobre la calle Libertad.


              Con Adri (Sodita para mí) somos más que amigas, muchísimo más que                                                        cuñadas...somos como hermanitas.



Esa noche nos pusimos coquetos y con el alma bien dispuesta para nutrir la de un regocijo que no muchos artistas son capaces de transmitir. Estábamos ansiosos como críos.

El Colón, como lo llamamos los porteños es un verdadero palacio de la música. Yo en lo personal disfruto mucho de la música clásica y tengo mis óperas favoritas. Obviamente no es la única música que escucho, pero me hace bien casi físicamente escuchar una buena sonata, un aria, un concierto.
De todos modos mentiría si dijera que soy habitué del Colón. A pesar de ser una premisa falsa, en mí el Colón siempre estuvo asociado a una clase social bastante reducida, acomodada y conservadora.
Lo cierto es que el Colón en sí mismo es una experiencia que todo dios amante de la música y de la calidad del sonido no debería dejar de tener.







                                     El teatro se fue llenando de a poquito.








Todo listo. Un piano hermoso, agua fresca, una rosa, un pequeño instrumento de percusión y un sillón de ensueño para la Roger. No más, no menos.

                Y en horario puntual, apareció ella. Radiante con un talento singular.

     Viste cuando alguien canta y te emociona con alegría? A mí con ella me pasa eso.

                                                    Enorme Elena Roger.

El recital recorrió temas emblemáticos de Mina,  de la Piaf, del musical de Evita, pasando por los Miserables  y otras obras musicales que en la voz, interpretación , carisma e intencionalidad de esta gran artista argentina, con tanto dominio de la escena y con un timing tan afiatado,hacen de ella una show-woman que arrancó varias veces aplausos cerrados y de pie de un público exigente y poco generoso como el de la platea.
                                              A mí ella me cae 1000 puntos.


Sensibilidad,  fuerza, caudal de voz, un buen decir en sus interpretaciones y un gran registro vocal. Un artista de pie a cabeza. Sin divismos. Una chica de barrio.


Una experiencia inolvidable, sin dudas.
Esa noche nosotros cuatro bebimos a tu salud, Elena Roger.

               Y vos conoces el Colón? te gusta la música clásica? Conocés a la Roger?
         Qué país marvilloso tenemos. Argentina es una enorme usina de talentosos.
             Buen comienzo de semana! Nos vemos el miércoles. Te espero por acá!

viernes, 26 de junio de 2015

Campo, amor y caballos.


Pasar un día en el campo, para mí significa renovar mi propio oxígeno. Es tan cierto como que lo necesito para respirar y que respiren todos mis puntos tóxicos.


Esta vez recibimos el convite de parte de mi cuñado Richu que es hermano del Vasco.
Es un apasionando por la cría de caballos, se está dedicando a ello con tremendo amor y me pidió que fuera al campito a sacarle foto a sus potrillos, padrillos y yeguas preñadas.
El caballo es mi animal favorito por lejos.


Tiene una elegancia, un porte, una fuerza y a su vez una ternura tal...que me inspira admiración y respeto.
Al llegar al campo en cuestión había un humito prometedor para los que gustan de 
carne asada.
No es precisamente mi plato predilecto ( a mí dame pastas y pizza y me tenés contentísima, pero...)
pero igual un pedacito lo disfruto, no más. Y en este caso, estaba buenísimo todo!




            Mientras los muchachos se esmeraban con el asadito, con mi amiga dimos muchas vueltas por el verde, yo para familiarizarme con el lugar. 


Cuando el campo no está lookeado como para darle cierto "glam" puede en su autenticidad, del mismo modo, verse bello. Al menos a mí me gusta mucho, esa "rudeza" del "gaucho" , del que está ahí a diario, cuidando de los animales, conviviendo con la naturaleza como telón de todas sus vivencias. Me gusta ver cómo arma sus enseres, esa estética campera... ( me fui de mambo? Me parece que me puse telúrica...jajaj!).


        Ves lo que te digo? No es hermosa esta escobilla?



Y estas florcitas...decime justo en la esquinita del bebedero tenían que nacer? No ves...es lo que yo digo...la naturaleza se esmera con lo propio del campo, aportando una estética-
estética.


 Hasta esta tela de araña impresionante guarda cierta belleza. O no?


Y esta...no es de cuadrito?





Los niños que habían ido al campo, entre ellos mis preciosísimas sobrinas, a puro disfrute.


Todos relajados , cada uno a su aire, con el cuerpo y el alma en equilibrio.


Mi amiga-hermana



                           La Tutucita...una duendecita.




Como dice su madre, nuestra mariposita...todo amor!



Pero bueno, a lo que vinimos...que vayan saliendo los "muchachos" para fotografiar. Nerviossssss!
Tres padrillos hermosos, jóvenes, potentes...










Pura fibra...




También fuimos hasta donde estaban los potrillitos...




El Richu los ama de verdad...y se nota.

 Y si nos hacemos una selfie? ( ja!)


Pero lo más lindo es ver cuando los sueltan para que anden a gusto, al trote vivo, y correteen como niños en recreo de la escuela.



Qué animales más majestuosos.
El atardecer vino con el frío y taza -taza cada uno para su casa.
Gracias a la vida por momentos como estos. En los que somos felices con casi nada y con casi todo.



No sé si te gustan los días de campo silvestre...los caballos...pero ojalá te haya podido transmitir la paz alegre que se puede disfrutar de un día así, allí.
Y arriba los corazones que llegó el ansiado vierrrneeesss!
A pasarlo todo lo bonito que se pueda.
Abrazo viajero!