viernes, 29 de noviembre de 2013

Alfama, un barrio de pura saudade en Lisboa

Salimos del centro de Lisboa, en busca del eléctrico 28 ( tranvía) que nos llevará hasta Alfama, un barrio muy especial.






Catedral de Sé.

El Románico y su sobriedad no le gusta a todo el mundo… a mí personalmente sí.


Recomendación: Almorzar en Río Coura. Aplausos, medalla y beso.!






Bonecos, tan lindos!


Nos pusimos a vagabundear por el entramado pícaro de las calles de Alfama. Para mí, esa remanida expresión de "saudade de Lisboa", creo que viene de este lugar. El gran terremoto respetó este barrio más que cualquier otro y se ha mantenido en parte el trazado medieval que en una época ocuparon los musulmanes. No hay nada bonito, ni grandes palacios o fachadas deslumbrantes pero sí que hay ropa en las terrazas, gente mayor que te saluda y un sin fin de cuestas y escalinatas que esconden rincones solitarios que seguro inspiraron a más de un poeta. Es un barrio que desprende aroma de fado por si solo y todo visitante que pise esta ciudad debería pasear tranquilamente y sin rumbo fijo por aquí. Es un pueblo dentro de una gran urbe. Es magia pura que viene de cuando la decadencia embellece.



















No es belleza pura esta veredita...




Me gustan los barrios como este. Resuenan en mi propia melancolía. Y se me vienen encima Pessoa, Saramago y tanta "saudade".


jueves, 28 de noviembre de 2013

Sintra, Portugal!

Y como lo prometido es deuda, acá va nuestra experiencia en Sintra y el Palacio da Pena.

Sintra es famoso por sus palacios, por los que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad. El centro de Sintra es muy bonito, con pequeñas callejuelas, además del Ayuntamiento, en estilo neomanuelino, cercano a la estación de trenes. 

En Sintra podés ver el Palacio Nacional, el Palacio da Pena, la Quinta da Regaleira, el Palacio de Monserrate, el Castelo dos Mouros, el convento de los Capuchos y los chalets de la condesa d'Eddla, además del Palacio Nacional de Queluz, que forma parte del conjunto monumental de Sintra, aunque no está aquí. 
Llegamos!
Bajamos en la estación de Sintra.
 A la salida ( o sea frente a esta fachada)  hay un bus que te lleva hasta el palacio al que nos abocamos, el Palacio da Pena. Visitarlo,  realmente vale la pena!
El Palacio da Pena (13€) es el palacio más importante. Fue construido en el siglo XIX como una muestra de la mentalidad romántica de la época. Era un antiguo monasterio en torno al cual se construyó el palacio, en el que se mezclan distintos estilos arquitectónicos, desde el manuelino al neomorisco, en un resultado un tanto desbordado. 


El interior del palacio es todo un derroche de oros, mármoles, cristales y terciopelos,  parece que se ha utilizado de verdad (los muebles, la mayoría originales, se notan que están usados), y eso, sumado a la decadencia portuguesa, le da un aire diferente. No se podían sacar fotos! (ufa!). Me desquité con el exterior.
Juguemos a ser princesa por un día!
Ya sé, no es Verona, pero mi Romeo estaba  ahí nomás, sacándome las fotis.

En torno al Palacio da Pena se extienden los jardines del palacio, en lo que parece un bosque, en el que se camuflan distintas construcciones, templetes, estatuas y otros monumentos. El clima de esta zona ha permitido el crecimiento de plantas exóticas como helechos y secuoyas. El parque es muy grande, así que cuidado con perderse...








Aparte de estos palacios, también se puede visitar el Convento dos Capuchos, situado bastante alejado de la ciudad, aunque hay rutas de algo más de una hora para ir andando, y los recientemente restaurados Chalet y Jardín de la Condesa d’Eddla, pero yo no he visto ninguno de ellos. Otro lugar que la gente visita es el Cabo da Roca, la punta más occidental de Europa, que tampoco vimos...










A nosotros nos encantó, espero que a vos también te haya gustado!